Actualmente vivimos en la burbuja del emprendimiento, el término emprendedor ha pasado a ser un término de moda…, hasta el punto de incitar a todo el mundo a lanzarse a la piscina sin más. Pero, la gran parte de las veces el entusiasmo del emprendedor no es suficiente para que una idea de negocio tenga éxito, antes de lanzarse hay que probar si tu idea es viable en el mercado.
Es aquí donde entra en juego otra palabra que seguro que también has escuchado, producto mínimo viable. Se trata de hacer un ejercicio de prueba y error que te orientará y te ayudará a decidir si vale la pena desarrollar esa idea de negocio o no.
En cualquier caso, si te has dejado llevar y has decidido ponerla en funcionamiento y finalmente ves que el proyecto no te está dando lo resultados esperados, creo que deberías revisar estos 5 errores que puedes estar cometiendo:
1) No has identificado una necesidad real de mercado
Tu idea se transformará en un producto o servicio que debe responder a las necesidades de tu cliente. Por lo tanto tienes que conocer a ese cliente al que te quieres dirigir. Deberás descubrir qué le motiva a comprar, cómo le gusta comprar, hasta qué precio está dispuesto a llegar…
Al mismo tiempo deberás analizar tu sector, cómo va a crecer, sus riesgos, qué está haciendo tus competidores.
2) No has testeado tu producto a través de un producto mínimamente viable
Un primer paso que debería dar el emprendedor es lanzar un producto mínimo viable. Este concepto hace referencia a lanzar tu producto con las mínimas funcionalidades necesarias, sin florituras, de tal manera que te permita irlo definiendo y adaptando al mercado y al cliente según sus necesidades.
Las funciones del producto mínimo viable son las siguientes:
- Nos librará de crear un producto que nadie quiera comprar
- Maximizaremos el aprendizaje de nuestros futuros clientes
- Conseguiremos pruebas de si debemos iterar (cambiar) o perseverar (seguir) antes de que sea demasiado tarde
3) Le has dado un valor incorrecto a tu producto o servicio
Para fijar los precios de tu producto no solo tienes que fijarte en los costes de producción. Hay factores más allá del tiempo, insumos, mano de obra, etc, que son determinantes para fijar el precio del producto. También tenemos que centrarnos en el valor percibido.
Recuerda que existe una relación directa entre el valor que percibe el cliente de tu producto y el que este estará dispuesto a pagar por el mismo. Teniendo en cuenta esto, saber manejar el valor percibido por el cliente deberá ser uno de los puntos de tu estrategia.
4) No has identificado los procesos claves en la empresa
Tener claro cuales son los procesos importantes y secundarios en tu empresa y quiénes son los responsables de realizarlos te permitirá mantener cierta organización y una correcta división de las cargas de trabajo.
En tu plan de negocio tendrás que fijar los objetivos y políticas de cada uno de estos procesos así como procedimientos de seguimiento, medición y mejora de los mismos. Hay procesos que son vitales para tu negocio y llevar un correcto control de sus indicadores puede es crucial.
5) No saber como enamorar a los clientes
Al comenzar con un negocio no solo debes vender una marca, sino también una experiencia a tus consumidores. Muchas veces los emprendedores están tan enfocados en la idea de su producto que pasan por alto ese «enamoramiento» de sus clientes.
Para conseguir enamorarlos deberás seleccionar los canales y contenidos adecuados, así como las estrategias para estimular la atracción, conversión y retención.